Introducción

Los ríos, como decía Unamuno, “son el alma del paisaje”. Mantienen la vida de numerosos seres vivos incluido el ser humano, quien desde las primitivas civilizaciones ya se instalaba junto a ellos.

Poco a poco les hemos quitado su espacio para aprovechar sus fértiles vegas. Hemos retenido sus aguas para regar nuestros campos y modificado su forma y caudal impidiendo que eligieran su camino y ocuparan “nuestras tierras”. Hemos degradado sus aguas con vertidos de nuestros deshechos y, en ocasiones, los hemos convertido en canales de hormigón destruyendo su complejidad y biodiversidad. Hemos cambiado el paisaje.

En este contexto surgen estrategias y planes que promueven soluciones de infraestructuras verdes y azul-verde en los entornos urbanos y fluviales, dado que prestan numerosos servicios ecosistémicos, tanto de tipo cultural (ocio, salud, bienestar, aspectos sociales, etc.) como de regulación (regulación térmica, hídrica, purificación del aire, control de la erosión, etc.) y son una solución costo-efectiva a numerosos retos al tiempo ambientales, económicos y sociales.

En estos tiempos en los que la naturaleza parece revelarse a nuestros actos, queremos concienciarnos de cómo son nuestros ríos, en qué estado se encuentran, qué infraestructuras verdes se están promoviendo para su puesta en valor, cómo disfruta la población de ellos, cómo se está recuperando la biodiversidad, etc. Asimismo, se pretende mostrar también la cara amarga de la situación de nuestros ríos, es decir, el mal estado en el que algunos tramos urbanos se encuentran, las deficiencias que presentan o la urgencia de eliminar las presiones que deterioran su calidad y estado ecológico.

Queremos concienciar a la población de la importancia de los ríos y comprender el papel tan fundamental que suponen para la vida en el planeta y para nuestro bienestar.